Jun 052008
 

 SELECTIVIDAD

 

Descansos (I): PARA EL VIERNES

 Estoy seguro de que estos días los dedicas a preparar la selectividad con intensidad. ¡Me alegro y no dudo de que las cosas te irán bien! Quiero remarcarte la importancia de una buena «planificación» de los tiempos. Te sugiero el siguiente «planning» para el VIERNES

 POR LA MAÑANA:

             DESAYUNO COMPLETO

 -         SESIÓN DE TRABAJO (una hora): ESTUDIO

-         DESCANSO ACTIVO (tres cuartos de hora): PRÁCTICAS o EJERCICIOS

-         DESCANSO TOTAL (media hora): pequeño refrigerio

-         SESIÓN DE TRABAJO (una hora): ESTUDIO

-         DESCANSO ACTIVO (tres cuartos de hora): PRÁCTICAS o EJERCICIOS

 
COMIDA: QUE NO SEA MUY COPIOSA

 POR LA TARDE:

 -         SESIÓN DE TRABAJO (una hora): ESTUDIO

-         DESCANSO ACTIVO (tres cuartos de hora): PRÁCTICAS o EJERCICIOS

-         DESCANSO TOTAL (media hora): pequeño merienda

-         SESIÓN DE TRABAJO (una hora): ESTUDIO

-         DESCANSO ACTIVO (tres cuartos de hora): PRÁCTICAS o EJERCICIOS

 CENA INTENSA antes de las 9

 POR LA NOCHE:

 -         SESIÓN DE TRABAJO: REPASO GENERAL DE LO ESTUDIADO: una hora

-         PLANIFICACIÓN DEL ESTUDIO DEL DÍA SIGUIENTE: media hora.

-         ÚLTIMA LECTURA:

 
EL HOMBRECITO

 «Soy pequeño porque soy un niño. Pero cuando ten­ga yo la edad de mi padre, seré grande. Entonces mi maestro vendrá y me dirá: «¡Que es tarde! ¡Ve por la pizarra y los libros!» Yo le contestaré: «¿No estás viendo que ya soy mayor, como papá? ¡Yo no tengo ya que dar más lecciones!» Y mi maestro se quedará ma­ravillado, y dirá: «Pues es verdad. Puede si quiere dejar los libros, que para eso es ya un hombre.»

 

Me vestiré y me iré de paseo a la feria, que estará toda llena de gente. Mi tío vendrá corriendo, y me dirá: «Que vas a perderte, hijo mío! Déjame que te lleve en brazos». Yo le contestaré: «Pero, tío, ¿no ves tú que ya soy grande, como papá?. Tengo que venir solo a feria.» Y mi tío dirá: «Pues es verdad. Puede ir donde quiera, que para eso es ya un hombre.» 
Cuando mi madre vuelva del baño, como yo sabré ya abrir la caja con mi llave, me encontrará dándole dinero al ama. Y me dirá: «¿Qué es lo que estás hacien­do, loco?» Yo le contestaré: «Pero, madre, ¿no lo sa­bías tú? Yo soy ya mayor, como papá, y tengo que pa­garle a mi ama.» Y mi madre dirá para sí: «Que le dé dinero a quien quiera, que para eso es ya un hombre.»
Para las vacaciones de octubre mi padre volverá a casa, y creyéndose que todavía soy un niño, me traerá de la capital zapatitos nuevos y vestiditos de seda. Y yo le diré: «Dáselos a Dada, padre, que yo soy ya grande, como tú.» Y papá considerará y dirá: «Es ver­dad. Tiene razón. El puede comprarse su ropa a su gusto, que para eso es ya un hombre.»

 
Para cualquier dificultad o ganas de «perder un rato»

 Correo electrónico               m.olabuenaga@paules.es

 msn                                        elmarmolillo@hotmail.com

 

 

 

 

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