La red de iniciativa social Kristau Eskola, que agrupa a 141 colegios concertados en la Comunidad Autónoma Vasca, aspira a abrir un debate que conduzca a la consecución de un acuerdo educativo «amplio y estable» que quede al margen de los cambios políticos. Este acuerdo debería traer consigo «un reparto más justo» de los recursos entre las redes de enseñanza pública y concertada.
El director general de la patronal de colegios religiosos del País Vasco lanzó ayer estos dos mensajes durante su comparecencia ante el Parlamento Vasco, al que acudió a petición propia. Durante su intervención, Aitor Bilbao se esforzó por dejar claro el motivo de su presencia que, según insistió, no era otro que pedir «la apertura de un debate» sobre «la estabilidad y sostenibilidad» del sistema.Y por si quedara alguna duda, también repitió en varias ocasiones que no había acudido a la Cámara «en busca de más dinero».
Pero como no es fácil separar los conceptos sostenibilidad y dinero, los aspectos económicos protagonizaron buena parte de la intervención del director general de Kristau Eskola. Bilbao acudió a la Cámara pertrechado con una batería de datos que demuestran, según los colegios religiosos, la «desigual asignación de recursos» entre la red pública y la concertada.
Los números que esgrimió el responsable de la patronal reflejan que «la red concertada, siendo la mitad del sistema educativo, recibe el 31% del presupuesto liquidado de 2010 (628 millones de euros) mientras que la red pública recibe el 69% de los recursos (1.396 millones de euros), es decir, 768 millones de diferencia».
Otro foco de desigualdades se percibe en los costes por alumno. En Infantil y Primaria, cada estudiante cuesta en la red concertada 3.172 euros frente a los 7.111 de la pública. En Secundaria, estas cantidades se sitúan en 4.717 euros en la concertada y 10.508 en la pública.
Igualdad de oportunidades
En cuanto a los costes por aula, en Infantil y Primaria en la red pública (100.232 euros) es un 58,5% mayor de lo que el Gobierno Vasco establece que debe costar en la concertada un aula de Infantil (63.232,08 euros) y un 51,2% más que una de Primaria (66.270,97 euros).
La primera conclusión de estas diferencias, según el director de Kristau Eskola, es que «se produce una ruptura con el valor de la equidad y no se garantiza la igualdad de oportunidades en las que se basa el sistema educativo». Y, además, no parece que las cosas vayan a mejorar. «Lejos de avanzar hacia la equiparación se nos dirige en sentido contrario, aumentando las diferencias, con menores crecimientos de partidas referentes al concierto educativo», señaló.
La segunda conclusión es que los recursos económicos están «mal distribuidos» en un sistema constituido «casi al 50% por las redes concertada y pública». «La existencia de estructura y condiciones muy similares en ambas redes-afirmó Aitor Bilbao- debería requerir en principio recursos y servicios muy parecidos, por no decir iguales y, en consecuencia, contar con una financiación, en importe y naturaleza, análogas en cumplimiento de nuestro marco legal».
El responsable de Kristau Eskola tendió la mano a los parlamentarios, expuso su política de «superar el conflicto entre redes» y puso «las cartas sobre la mesa» como muestra de su deseo de llegar a acuerdos. Esta voluntad, sin embargo, no le impidió adoptar una postura crítica hacia el Departamento de Educación, al que acusó de no haber cumplido «todo lo prometido».
Aitor Bilbao también se quejó de las palabras de la portavoz del PSE en la comisión, que poco antes había señalado que la escuela pública «es la única que garantiza la igualdad». Esta afirmación no gustó al responsable de Kristau Eskola, que la calificó de «muy grave» y recalcó que, «independientemente del tipo de red, la prioridad la tienen los niños y, entre ellos, los que tienen mayores necesidades».
El objetivo de la patronal, subrayó su responsable, es garantizar «la equidad y la igualdad de oportunidades» para todos los estudiantes vascos. Por ese motivo, insistió en que «los recursos tienen que dirigirse a los lugares donde hay necesidad». «No venimos por financiación. Hemos venido a decir que dentro del sistema hay recursos y que es necesario hacer un reparto más justo de ellos», indicó.
Alumnos y no redes
La idea de que «el eje del sistema no son las redes, sino el alumnado», es uno de los ejes centrales del gran acuerdo que propugna Kristau Eskola. Su director recordó ayer lo «negativas que son para el sistema educativo las continuas modificaciones legales que se vienen produciendo como consecuencia de cambios coyunturales políticos». Para hacer frente a estos vaivenes, y también a los efectos de la crisis económica, la patronal plantea «un acuerdo, pacto o disposición legal de rango suficiente que garantice alcanzar las finalidades educativas y sociales, y también la sostenibilidad del sistema educativo vasco, en un momento de crisis y dificultad».
Este acuerdo, afirmó Bilbao, debería orientarse hacia el establecimiento de un sistema de enseñanza «que tienda hacia la excelencia, desde un trabajo colaborativo en red entre los agentes educativos y la Administración». Para ello, habrá que plasmar «los objetivos a alcanzar, «poner en el centro del sistema a los alumnos superando la dialéctica obsoleta de redes», garantizar la igualdad de oportunidades, trabajar desde la estabilidad y «fijar indicadores de resultados».
El debate, según Kristau Eskola, debería desarrollarse «con poco ruido mediático, con datos y sin ánimo de criticarnos unos a otros». El objetivo, recalcó Aitor Bilbao, es el de conseguir «una gestión basada en la eficiencia en el uso de los fondos públicos que garantice la propia sostenibilidad del sistema educativo así como su equidad y calidad, en aras a un desarrollo social, cultural y económico cohesionado como país».
Tras su intervención, Bilbao se reunió en el BEC de Barakaldo con los equipos directivos de los colegios de Kristau Eskola, quienes analizaron los datos presentados ante la Cámara. Al encuentro acudieron unas 500 personas.
JAVIER GUILLENEA. Tomado de EL DIARIO VASCO