Entrevista a Enrique Rojas (Granadino de 1949. Catedrático de Psiquiatría y director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas)
-¿Por qué le importa tanto la educación?
-Porque educar es convertir a alguien en persona, es seducir por medio del encantamiento y la ejemplaridad, sacar lo mejor que hay dentro de la persona, introducir en la realidad con amor.
-Las depresiones sobre las que tanto ha escrito ¿se agudizan en la crisis?
-La mejor solución es, primero, salir de la crisis y, entre tanto, aprovechar para formarse mejor.
-¿En qué consiste esa formación?
-Para formarse hacen falta dos notas: información, que es conocer lo que está pasando; y formación, que consiste en tener criterio, saber a qué atenerse, entender qué está pasando. Hoy hay mucha gente muy informada que a la vez está muy perdida.
-¿Defiende que la Iglesia es quien mejor forma?
-La Iglesia católica es maestra en humanidad; en este momento el Papa es la máxima autoridad moral, como lo fue su predecesor. Por otra parte, el cristianismo tiene las mejores respuestas sobre el sentido de la vida.
-Sin embargo, el mensaje parece no influir en la sociedad.
-El mundo se ha vuelto neopagano, es un paganismo distinto al de hace 2.000 años. Aparecen nuevos dioses como el hedonismo (placer a todas horas), el consumismo (tener, comprar), con la consecuente permisividad: todo vale, atrévete a hacer todo lo que quieras, y el relativismo que se ha convertido en una dictadura. Todo depende del punto de vista de cada cual.
-Con esas premisas, ¿el hombre no va bien?
-Está sin dirección, no sabe ni de dónde viene ni adónde va. En consecuencia, está como una veleta encima de un tejado.
La familia
-¿El papel de la familia seguirá siendo decisivo en la formación?
-Un buen padre es mejor que 100 maestros. La madre sigue siendo la gran educadora y la gran perdonadora. Educar en familia es entusiasmar con los valores.
-A última hora, sin embargo, el hombre se educará si quiere.
-El niño de hoy es muy distinto al de hace 20 años. Hoy el mundo se ha vuelto mucho más rico y complejo. El niño ya sabe manejar Internet, Tuenti, el móvil, tiene muchas posibilidades de estar disperso. Esto tiene una parte buena, porque tiene más información, y una parte mala, el estar flotando. Los padres no podemos pretender que nuestros hijos hagan cosas que nosotros no practicamos. La coherencia de vida es imprescindible si pretendemos transmitirles valores.
Santiago Mata. Tomado de La Gaceta