«Ningún estudio serio, en ninguna parte del mundo, ha puesto de manifiesto hasta ahora que las nuevas tecnologías por sí mismas mejoren la calidad de la enseñanza en primaria y secundaria», ha dicho esta mañana Mariano del Castillo, director del Instituto de Técnicas Educativas de CECE (Confederación Española de Centros de Enseñanza). Y ha añadido: «No hay relación sustantiva entre utilización de ordenadores en las aulas y mejora, ni aquí, ni en Singapur ni en Rumanía».
José Manuel Lacasa, director del Instituto de Investigación Educativa, que le acompañaba en la presentación del estudio Informe de Tecnología Educativa 2011, ha añadido que el Ministerio de Educación, en 2010, gobernado el PSOE y siendo ministro Ángel Gabilondo, a través del Instituto de Evaluación (un organismo que depende del ministerio) censuró un capítulo del informe Evaluación de diagnóstico 2010, en el que con datos estadísticos en la mano se demostraba que los centros españoles en donde se había introducido el ordenador a los diez años estaban teniendo un rendimiento escolar más bajo.
Tanto Del Castillo como Lacasa han insistido en que en los años pasados se ha dado mucha importancia a lo técnico, que lo tiene, «pero no se ha entendido que el profesor es la pieza clave», y que lo primero que hay que hacer es enseñarle también el tecnología informática para la educación, y a partir de ahí, ver lo que funciona (por ejemplo, la pizarra digital) y lo que no funciona.
Según Lacasa, «es bastante más probable que el modelo pedagógico de introducción de ordenadores en las aulas que empleamos en España, como ya apunta algún estudio basado en los resultados de PISA para nuestro país, tenga el efecto de disminuir el rendimiento de los alumnos».
En cualquier caso, en lo que están de acuerdo de nuevo tanto Lacasa como Del Castillo es que uno de los programas estrella del anterior Gobierno, el Escuela 2.0, es «extremadamente imprudente en su concepción y aplicación», y que debería haber estado avalado por «algún estudio o algún experimento previo o, al menos, alguna prueba a pequeña escala antes de aplicarlo a todos los alumnos».
Según Lacasa, «ha existido la voluntad de ocultar una información relevante a los ciudadanos sobre el funcionamiento del sistema educativo».
Tomado de ABC