El Año de la Fe – Porta Fidei
“Que la fe sea compañera de vida, compromiso a convertirnos en un signo vivo de la presencia de Cristo resucitado en el mundo”.
El día 11 de octubre, el Santo Padre, el Papa Benedicto XVI proclama el Año de la Fe, que ha comenzado coincidiendo con el 50 Aniversario del Concilio Vaticano II, y se prolongará hasta el 24 de noviembre de 2013
El objetivo es dar «un renovado impulso a la misión de la Iglesia» para que el testimonio de los creyentes sea cada vez más creíble a través del «compromiso público», para la renovación de la Iglesia y para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe.
En la Celebración Eucarística anunciaba que ha decidido convocar un «Año de la Fe» que ilustraré con una carta apostólica especial. Será un momento de gracia y de compromiso por una conversión a Dios cada vez más plena, para reforzar nuestra fe en Él y para anunciarlo con alegría al hombre de nuestro tiempo.
Objetivos del Año de la fe
Los objetivos los encontramos los dos documentos con los que fueron convocados los dos años de la fe después del Concilio Vaticano II: el de Pablo VI (1967) y ahora el de Benedicto XVI:
1) «Para confirmar nuestra fe rectamente expresada» (Pablo VI), «redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada» (Benedicto XVI).
2) «Para promover el estudio de las enseñanzas del Concilio Vaticano II» (Pablo VI), «con el Concilio se nos ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza» (Benedicto XVI).
3) «Para sostener los esfuerzos de los católicos que buscan profundizar las verdades de la fe» (Pablo VI); «intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo» (Benedicto XVI).
A estos fines comunes a los dos Papas, Benedicto XVI añade, fijándose en las circunstancias actuales, algunos más:
1) «Invitar a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador
del mundo».
2) «Comprometerse a favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe».
3) «Suscitar en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza».
4) «Comprender de manera más profunda no sólo los contenidos de la fe sino, juntamente también con eso, el acto con el que decidimos de entregarnos totalmente y con plena libertad a Dios».
Este último objetivo es el que más recalca el Papa. Le interesa subrayar la inseparabilidad del acto con el que se cree y de los contenidos a los que prestamos nuestro asentimiento:
– El acto de fe sin contenidos nos conduce a la total subjetivación de la fe.
Instruirse en el Año de la fe
El año de la fe deberá expresar un compromiso unánime para redescubrir y estudiar los contenidos fundamentales de la fe, sintetizados en el Catecismo de la Iglesia Católica (Porta fidei, nº 11).
Si de lo que se trata es de reavivar e infundir una nueva linfa a la fe de los creyentes en Cristo, el Catecismo es el camino seguro para conseguirlo. En él se resume y expresa la fe de toda la Iglesia desde sus orígenes hasta nuestros días. En él hallamos:
– la fe que profesamos (credo)
– la fe que celebramos (liturgia)
– la fe que vivimos (moral)
– la fe que encarnamos (caridad)
– la fe que rezamos (oración)
Benedicto XVI propone el Catecismo, en este Año de la Fe, «como un verdadero instrumento de apoyo a la fe, especialmente para quienes se preocupan por la formación de los cristianos, tan importante en nuestro contexto cultural» (Porta fidei, nº. 12).
En las parroquias, en las escuelas privadas o públicas, el Catecismo brinda un apoyo insustituible para la enseñanza de la fe a los niños y jóvenes. Un cierto vaciamiento de la fe objetiva, que hoy se presiente en muchas iglesias particulares, tal vez sea debido a que se ha dejado de lado una referencia explícita al Catecismo de la Iglesia Católica. Quizás en estos últimos decenios se ha incubado y luego desarrollado el peligro de dar preferencia a los métodos, a la pedagogía, a los sentimientos, sobre los contenidos.
El poder de la fe
El papa Benedicto XVI, hace el elogio de la fe en una hermosa y significativa página del Motu proprio Porta fidei, un elogio que pone de manifiesto el poder de la fe primero la Virgen María, los apóstoles, discípulos, mártires, hombres y mujeres a lo largo de la historia han dado su vida para acercar a todos a Cristo.
Que este Año de la Fe haga cada vez más fuerte la relación con Cristo, pues sólo en Él tenemos la certeza para mirar al futuro y la garantía de un amor auténtico y duradero.
Aquí puedes leer la: CARTA APOSTÓLICA